Yo soy del Chaco argentino,
soy tan hijo de esta tierra,
que me siento emparentado
En mis venas corre sangre
que en mi patria se afincó.
Fueron gringos mis dos padres
y también mis dos hermanos
que desde suelo italiano,
Aquel sueño y el destino,
a la patria, a sus amigos,
a sus padres, a la villa,
a los sueños de la infancia,
que eran carne de ilusión.
con llantos de mil ausencias
las noches de tantas guerras;
y un rancho para querencia.
mis hermanos y mis padres
plantando una humilde chacra,
pagando en sudor de sangre
Luego, Dios, que nunca olvida,
premió el sufrir de mi madre
de adentro de los obrajes.
a ver la luz de este Chaco,
a escuchar sin comprender
los mil murmullos del campo
gateando por todo el rancho
para dar vida a otro hermano…
ya nunca estuvo en el rancho,
todos de negro y llorando
mientras me alzaba en sus brazos
trató de hacerme entender,
porque Dios la había llamado
La chacra quedó en silencio,
siempre buscando y buscando.
el silencio con un llanto
Hacia adentro fui corriendo,
los ojos grandes mirando,
he visto de cerca el llanto...
Era un trueque del destino,
dejando otra vida en cambio,
y se internó tierra adentro
Porque si yo tengo sangre
de esa gringa de otros pagos,
también la tiene la sombra
profunda de los quebrachos.
también viven en la tierra
de una tumba de este pago
y están abonando el suelo,
caliente de nuestro Chaco.
Por eso es que yo me siento
emparentado a esta tierra;
por eso es que yo teniendo
tan chaqueño y tan hermano
de las chacras, de los montes,
razas todas que en la selva
de entre los cardos brotaron
como fruto de esta tierra
donde mi madre ha quedado.
con mi sangre y su pasado.
Por eso, aunque casi gringo,
lo quiero tanto a mi Chaco.