A los humos del café
y al sutil aroma a rosas
llegan musas fantasiosas
a sumarles el buqué
que emana entre su abecé:
Al efluvio del fonema.
A su olor la lira es gema
que brinda al poeta fiel,
un brillo bajo la piel
que ilumine su poema.
Poesía, café y rosas,
nube de esencias que inspira
que cautiva si se aspira
como a las cartas añosas,
que desprenden silenciosas
una eternidad grabada.
Poesía flor alada
mensajera de emociones,
vuela hacia los corazones
y acaricia la mirada.
ISABEL 13/05/17