Con mis manos desgrano
en caricias tu pelo
y entre cortos suspiros
te digo que te quiero
interrumpo un instante
aquel profundo beso
que a mi fuste propicias
con enfático esmero
nuestras miradas hallan
un cause pasajero
que fascina al silencio
en un dulce misterio.
Aguas abajo vuelves
y junto a ti navego
por los rápidos turbios
bajo ese sol de fuego
que presagia el remanso
donde todo está quieto
Mi vértice regresa
y monto un potro nuevo
con la piel de tus corvas
hechas riendas de cuero
galopo a toda furia
al paroxismo llego
me rasgas con las uñas
allí nos detenemos
como dos golondrinas
dispuestas al planeo
que en vértigo pasmoso
comenzarán de nuevo...
Enrique Páez Márquez
Tucumán - Argentina
Setiembre 12 de 2.008
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