Es costumbre
de mí, hojear el éxtasis
de tus páginas ávidas en mis pergaminos.
Escribir
con violencia el sol reflejado
en las alargadas pupilas de ti, mi amante.
Desencantar
poesías de sílabas monótonas
con tus labios enrojecidos besando sin saber a quién, Cariño.
Apenas y tocar sutilmente
el contorno de tu esencia pálida,
regocijando en las letras de tus poemas agrios.
Y tenerte, un día...
cuando no des un respiro de ausencia
al suave pétalo de mí, mis brazos.
Brenda B. Trejo
Qué hermosas poesías adornan hoy tu blog, amigo...¿Qué se puede decir ante lo que el ojo capta, el corazón percibe y la razón no define?..
ResponderEliminarUn beso grande para ti y otro bien gordo para Brenn
María