Por este laberinto que me atrapa
y me lleva hasta el fondo del abismo,
a extraer del interior de sus entrañas
la vida que quedó allí amarrada.
Voy recordando los miedos
que vencí, y las luces
que encontré en su oscuridad.
Hoy puedo decir: Ya nada queda.
Y ahora puedo volar y gozar del vuelo
aunque sea un pájaro sin alas.
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