Isabel Ramírez Carreón
Mirando de cerca al ocaso. |
Los percibo claramente
en la opacidad de esta noche
que cubre todo con su sombra.
Son frases que desbordan pasión.
Las bebo con avidez y deleite
en el hueco de mis manos,
corola de sedientas caricias.
Hoy el insomnio me ha permitido
que dibuje al centro y al margen
de tus perceptibles letras,
mi delirio: Tus labios.
De ese modo siento que me besas
y renazco a la alegría de la vida,
en el sortilegio de la caricia
de un amor sin final... y sin barreras.
Me satisface enormemente encontrarme con mis versos
ResponderEliminaren tu maravilloso blog, amigo Orlando.
Gracias por el honor que me concedes.
Gracias por ser mi amigo. Un abrazo.