febrero 22, 2008

DUALIDAD DIVIDIDA

He pensado mucho en ti
desde aquella madrugada,
que soñé que un colibrí
me traía en una nube blanca
lo que también tú soñabas.

Yo te soñaba cultivando
para mí, en un desierto manzanas;
tú me soñabas junto a ti
jugando a ser mujer
en lo blando de tu cama.

Luego, yo te soñaba
recostado sobre mis piernas;
tiernamente te peinaba los sueños.
Tú me soñabas leyéndote poemas
cubriéndote de besos.

Yo te soñaba en el risco de una montaña
y te abría mis brazos
para aprisionarte en mi pecho...
Tú, tú me soñabas,
haciéndote el amor en tu lecho.

Yo te soñaba alejándote de mí
y te gritaba, ¡no, no te vayas!...
De pronto escuché
el batir de unas alas.

Era aquel colibrí,
que se llevaba en otra nube blanca
mí sueño para ti,
para que supieras
que yo también te soñaba…

A la mañana siguiente,
me levanté con tristeza
pensando que todo había sido
un sueño que sólo yo soñaba...
de pronto, vi sobre la mesa,
un libro de poemas
y una canasta de manzanas...

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