Estación anticipada
Llegaste a mí de madrugada
colándote en mis versos de agonía,
dando luz a mi fe rendida,
vida a los poros de mi piel cansada.
Al mar quise navegarlo
y cual gaviota sin puerto
llevé mi corazón muerto
sin saber donde enterrarlo.
Al abrir tu puerta,
curar mi herida
y descansar mi cansancio...
me adentraste a paraíso extraño
y mi corazón volvió a la vida.
Huyó la muerte,
se fue mí frío,
y me llegó el verano.
estación calurosa, de tu mano,
de ti, mi Príncipe, amor y hermano.
María Ayala
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